Los pro y los contra del emprendimiento familiar

Publicado:
31
Jul
2013
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La gran mayoría de las Pyme son constituidas y manejadas por parientes, aunque no es fácil la convivencia laboral, muchos hacen el esfuerzo para superar el día a día, logrando llevarse bien en lo personal y en lo laboral, pero algunos no corren con tanta suerte y hasta el apellido quieren cambiarse por no tener relación alguna con sus familiares.

El emprendimiento suele ser una característica que se hereda, es por esta razón que las empresas familiares abundan, sin hacer diferencias de tamaño. El objetivo de todas esas empresas debería enfocarse en la consolidación en el mercado. 

Es importante saber separar las cosas laborales, de las personales, por eso, estos consejos para hacer más llevadero el ambiente profesional con la familia.

Radiografía: Trabajar en familia puede ser un placer o un estrés añadido a la gestión empresarial. Los roces siempre están presentes y, a veces, tener una relación de cariño puede ser poco indicado en el mundo de los negocios. Los problemas de las Pyme familiares son de dos tipos: relacionales y empresariales.

Los problemas empresariales son: “poca capacidad de financiamiento; gestión precaria por falta de conocimientos, hay que tener en cuenta que el 50% de los empresarios no ha finalizado sus estudios medios y falta de tecnologización de los procesos”.

En cuanto a los problemas que surgen por las relaciones afectivas, sin importar que se trabaje con un tío, primo, hermano o padre, se debe exigir a todo el personal por igual, que sean eficientes y responsables con sus labores.

Solucionando conflictos: Está claro que es difícil separar la familia del negocio. Por eso, no queda otra opción que resolver los problemas, en cuanto a los empresariales, se aconseja generar relaciones de largo plazo con los clientes, identificar claramente los flujos de efectivo, incorporar nuevas tecnologías y utilizar opciones de financiamiento disponible, fuera de los bancos.

Lo que deberían hacer y lo más sano es que los implicados en un altercado, resuelvan sus problemas con mucha conversación y tratando de no herir sentimientos, reconociendo errores y aprendiendo día a día para no volver a cometerlos.

De cara al futuro: En promedio, el 80% de los empresarios tiene 35 años de edad, muchos de ellos son lo que se denomina analfabetos digitales y una proporción menor de inmigrantes digitales. Esto conlleva a ciertos temores de incorporar tecnologías que no conocen o no entienden cómo podría beneficiar y potenciar el negocio. Otro punto importante es que si se incorpora modernización, habría que tener mano de obra calificada para operar la nueva tecnología, es decir, contratar personal ajeno a la familia o dar espacio a las nuevas generaciones. Lo que muchas veces suele percibirse como una perdida del control del negocio.

Para enfrentar esta situación, es aconsejable asumir que los cargos de una empresa tienen que ver con aptitudes y talentos y no con el árbol genealógico, y si se contrata a un profesional externo, hacer ver a los miembros de la familia que éste es un aporte y no una amenaza.

En cuanto al recambio generacional, es importante tener en cuenta:

  • Observar lo que se ha hecho en el tiempo y quienes son los potenciales sucesores.
  • Comenzar un entrenamiento donde el que dirige la empresa traspase todo su ‘know how’, este debe ser a nivel de conocimientos, administración, directrices, entre otras variables.
  • Dar espacio a que la nueva generación tome las riendas del negocio.