Plazas de mercado de Bogotá, nuevo atractivo turístico

Publicado:
27
Nov
2013
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Un equipo de profesionales de la Fundación Escuela Taller de Bogotá, auspiciados por el Instituto Distrital de Turismo, IDT, y el Instituto para la Economía Social, IPES, se tomaron las tres principales plazas de mercado de la capital colombiana para fortalecerlas empresarialmente y convertirlas en nuevos referentes turísticos de la ciudad.

La alianza de las entidades pretende beneficiar a un total de 1.026 trabajadores de las plazas del 12 de Octubre, 20 de Julio y La Perseverancia, por su potencial cultural y turístico.

Luego de realizar un diagnóstico del patrimonio material e inmaterial de estos espacios, el proyecto actualmente desarrolla un ambicioso programa de capacitación y asesoría a través del cual 36 cocineras toman talleres de gastronomía y buenas prácticas en manipulación de alimentos y más de 50 guías de turismo se especializan en los valores patrimoniales de la plaza, con miras a la creación de paquetes y productos. En total se benefician por ahora cerca de 200 personas.

“La mayoría de los habitantes de la capital nos hemos olvidado de lo valiosas que son las tradicionales plazas de mercado, que en países como España y Francia son atractivos turísticos invaluables. Lo que queremos desde esta administración es reconocerles a estos lugares su valor patrimonial y su potencial como polo de desarrollo para el turismo nacional e internacional”, señala Luis Fernando Rosas Londoño, director del IDT.

En el desarrollo de este proyecto se realizan 100 intervenciones participativas en mercados campesinos –80 en la Plaza 20 de Julio y 20 en la del 12 de octubre–, que incluyen el fortalecimiento en buenas prácticas y gastronomía a través de talleres prácticos y generación de identidad. 
Se busca promover el reconocimiento hacia el valor de la cocina tradicional de las plazas de mercado y se estimula la realización de actividades, tales como eventos, mingas, bazares, conciertos y demás.

“En el mundo abundan ejemplos de cómo estos recintos pueden ser destinos turísticos de primer orden. Vale la pena mencionar el Mercado de San José, popularmente conocido como La Boquería, en Barcelona, o el Mercado del Grano (Kornmarkt), para muchos la plaza más bonita de Heidelberg, en Alemania. Sin pretender compararnos con ellos, creemos que la tradición cultural y gastronómica de nuestras plazas puede ser rescatada y, con un poco de imaginación, ser transformada en interesantes polos de desarrollo turístico y en un nuevo ícono de la capital”, dice Rosas.

“Es la apuesta del Distrito para que los ciudadanos vuelvan a sentir las plazas como suyas”, concluye.

Tips del mercado

  • Hace más de 200 años, la Plaza de Bolívar era la Plaza Mayor en donde se reunían los coteros que cargaban verduras, tubérculos, frutas y animales que venían de todo el altiplano y las zonas aledañas a la capital. Esta fue la primera plaza de mercado de la ciudad, donde los cerca de 25 mil bogotanos que la habitaban a comienzos del siglo XIX hacían trueques como primera forma de comercio en la época de la Colonia.

  • En 1861, cuando se suspendió en la Plaza Mayor la venta de mercado y otras actividades como las fiestas de toros que se hacían allí, el mercado se trasladó hacia el antiguo huerto de La Concepción, ubicado en la calle 10 con carrera 9a, donde permaneció hasta 1950, cuando fue demolido para dar paso a la carrera Décima.

  • La plaza del 20 de Julio está en un barrio que se edificó en los terrenos de la finca de Antonio Nariño, y visitarla era un paseo para los bogotanos ya que el barrio daba la sensación de ser un pueblito anexo a la ciudad donde era posible encontrar elementos diversos en su ambiente religioso.

  • Los habitantes del lugar desde entonces aprovechaban la ocasión y el espacio público para vender sus productos caseros: papas chorriadas, los envueltos de maíz, el agua de panela, el masato o los productos artesanales de calzado y varios.

  • La plaza de mercado de La Perseverancia fue construida frente a la Cervecería Bavaria. Hasta allí llegaban los campesinos de Chía, Tenjo y otros pueblos cercanos a vender sus productos: legumbres, líchigos, huevos y gallinas. Después, la plaza de mercado fue trasladada a la carrera 5 entre calles 30 y 31.