TABLETAS: ¡UNA REVOLUCIÓN DE ‘PEQUEÑAS DIMENSIONES’!

Publicado:
22
Ene
2015
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La educación pública de Bogotá está cerrando la brecha digital. Conoce la historia del colegio Agustín Fernández, ejemplo de cómo estudiantes y docentes de la ciudad usan las tecnologías hoy. ¿Cómo la vas a usar tú?

Por su tamaño, funcionalidad y conectividad, estos dispositivos tienen un inmenso poder para transformar la educación. Esta es la herramienta con la que los estudiantes de un colegio oficial pasaron de ser consumidores a generadores de sus propios contenidos digitales.

Rocío desliza su dedo pulgar hacia el punto rojo que se ubica en el extremo lateral de la delicada pantalla. Sostiene con firmeza ese rectángulo blanco con bordes curvos, en el que basta una suave presión dactilar para poner el mundo y la imaginación a rodar en la grabación de una animación.

No requiere un computador ni una cámara de video para la elaboración de este producto audiovisual que ilustra una sesión de coreografía realizada por unos coloridos muñecos de plástico. Y la escena transmite con claridad lo sorprendente que es para esta joven el resultado que surge con un dispositivo que no mide más de 10 pulgadas de ancho ni alcanza siquiera 1 centímetro de grosor.

Son casi tan delgadas como hojas de papel, pero tienen una funcionalidad sin límites. Así lo comprueban a diario 60 estudiantes de bachillerato del colegio Agustín Fernández que descubrieron en las tabletas digitales el poder de la tecnología al servicio de la creatividad y la creación multimedia.

Aprender con todos los sentidos

Aunque este grupo de jóvenes pertenece a una generación que ha crecido a la par del desarrollo de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), la posibilidad de interactuar de cerca con las tabletas digitales sólo surgió con la apertura delcentro de interés ‘Aprendiendo con la Tablet’, gracias a la política educativa ‘Currículo 40x40’.

Son herramientas sencillas, manejables e intuitivas, en las que con solo ‘tocar’ se abre un universo de posibilidades. Esto lo han confirmado los estudiantes de esa institución educativa, como Rocío, quien en su primera clase manipuló temerosamente el dispositivo, mientras le cogía la confianza necesaria.



8 meses después esta joven de 13 años ya no es novata sino experta, y habla con propiedad sobre cómo hace realidad su proyecto de animación en 'stop motion' gracias a la tableta, una herramienta que, dice con emoción, “¡sirve para aprender de todo!” 

Para Gabriela, otra de sus compañeras, este centro de interés “ha sido mucho mejor de lo que nos imaginábamos”, pues nunca había tenido la oportunidad de trabajar con una Tablet y descubrió lo útil y sencillo que era. “Yo tocaba y me iba dando cuenta de tantas opciones, hasta que luego le cogí práctica” recuerda la estudiante de sexto.


Sebastián Monroy, docente del centro de interés en el marco del proyecto ‘C4: Ciencia y Tecnología para crear, colaborar y compartir’ del Centro Ático y la Secretaría de Educación, explica que este proceso tiene como objetivo que los estudiantes cambien su rol de consumidores de contenidos digitales, a generadores de sus propios productos, todo por medio de la tableta.
“Para la mayoría de los chicos este fue el primer contacto cercano con este tipo de dispositivos. En un primer momento es necesario superar el temor y que los estudiantes empiecen a tener confianza en ellos mismos. Luego ya aprenden lo básico en temas de cuidado, uso y configuración” explica el docente.

En las clases, que se realizan diariamente en dos grupos, las actividades varían, desde aprender a realizar edición de videos, fotografías y textos, hasta el uso de aplicaciones para el desarrollo del pensamiento lógico, la concentración y la memoria. 
De esta forma, los estudiantes crean una historia y la escriben en una aplicación. De allí puede surgir, por ejemplo, una escena o dibujo que ilustran en otro programa, para luego construir un storyboard o guion gráfico y finalmente pasar a la grabación de video.
En este trabajo de competencias comunicativas, la tableta hace parte de todo el proceso creativo. Con la cámara interna capturan las imágenes y graban los videos, que son editados y exportados a través de las redes sociales, herramientas que se trabajan en clase para orientar su uso adecuado como medios de comunicación.

Tecnología interactiva y colaborativa


Android, iOS, Play Store, App, WiFi y sistema operativo son términos comunes en las conversaciones de este grupo de estudiantes que ya dominan a la perfección el vocabulario de la tecnología móvil inteligente.
Con las tabletas han descubierto la posibilidad de aprender, crear, y, además, de comunicarse en tiempo real, como lo vivieron en una de sus primeras clases en las que a través de una aplicación sostuvieron una videoconferencia desde diferentes lugares cercanos al aula en que reciben las clases.
Aquí la clase es interactiva y colaborativa. Los estudiantes se enseñan entre ellos y hasta sorprenden al profe Sebastián Monroy con uno que otro truco o programa recién descubierto. El diálogo sobre los proyectos es fundamental y siempre está abierta la puerta para los aportes constructivos en una ‘lluvia de ideas tecnológicas’.
Pero además de discutir entre ellos los resultados de sus proyectos, la tecnología también permite nutrirse de contenidos que se generan en cualquier parte del mundo en un mismo tema, e incluso compartir estos productos para recibir una retroalimentación, por ejemplo, por medio de las redes sociales.

La revolución tecno-educativa

Como explica Carlos Guarín, docente enlace del ‘Currículo 40x40’, este espacio ha transformado la realidad de niñas, niños y jóvenes de la localidad de Usaquén, que en su contexto más próximo enfrentan difíciles condiciones socioeconómicas.

“Este centro de interés surge de la necesidad de que nuestros estudiantes aprendan y aprovechen positivamente las herramientas tecnológicas. Con las tabletas, los chicos están creando múltiples productos comunicativos y explorando otros conocimientos. Encontrar estas posibilidades ha cambiado su forma de pensar y de relacionarse” resalta Guarín.

A su lado, Rocío exhibe con orgullo el video que realizó utilizando fotografías de flores tomadas por ella misma en los alrededores del aula, las cuales editó y acompañó con texto y audio. “Todo se hace con la tableta” asegura, mientras una sonrisa se dibuja en su rostro y con un delicado toque vuelve a reproducir su proyecto.

Para el docente a cargo de este centro de interés, es claro queel aprendizaje va más allá de una cuestión meramente técnica. “Se busca que la tableta sea una excusa, para acercarse a una infinidad de conocimientos. Pero además vemos las transformaciones en convivencia, interacción e integración que se genera con el buen uso de la tecnología” asegura Monroy.

Como en esta institución educativa, las experiencias pedagógicas con TIC se multiplican en los colegios oficiales de Bogotá, demostrando los beneficios de implementar en el aula proyectos pensados para los nativos digitales, esos estudiantes curiosos y con insaciables ganas de aprender con todos sus sentidos.

Por Diana Corzo A.
Fotos Juan Pablo Duarte