‘CLUB DE NIÑOS ANIMALISTAS DE COLOMBIA’: HÉROES DE CARNE Y HUESO

Publicado:
13
Ago
2014
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Hasta el Congreso de la República han llegado las niñas y niños del colegio INEM Santiago Pérez para defender la vida de sus amigos con plumas, patas peludas y hocicos. Historia de los pequeños héroes activistas y líderes de una de las principales organizaciones animalistas de Bogotá.

No tienen súper poderes pero salvan vidas. No usan capas pero son admirados, respetados y queridos a donde quiera que van. Ellos son la liga de súper amigos animalistas, responsables de rehabilitar a cientos de perros y gatos y un gran número de aves y otros animales domésticos. 
 
Ellos son el ‘Club de niños animalistas de Colombia’. 
 
Un clan de pequeños y decididos activistas que no superan los 12 años, empeñados en proteger del maltrato y abandono a animales callejeros: sus grandes amigos peludos. 
 
Liderados por la profesora de ciencias naturales, Ana del Pilar Pachón, los estudiantes de grado 5° del colegio INEM Santiago Pérez de Tunjuelito llevan cerca de 8 años comprometidos con esta gran misión para la que no necesitan rayos x, volar o una identidad secreta: solo mucho corazón. 
 
Animales de la calle como ‘Paquita’, una perra de raza criolla que entró al colegio atraída por el olor de los alimentos que se preparan en el comedor escolar, son recogidos por los pequeños defensores quienes de inmediato les brindan cuidado y atención.
 
 
‘Paquita’ ha sido una de las afortunadas en encontrar rápidamente un hogar y tratamiento para una enfermedad estomacal que nadie sabe desde hace cuánto tiempo la afectaba. Este es uno de los casos que se han presentado en los últimos días y que, en esa ocasión, fue atendido por Katherine Galvis, una estudiante de 11 años quien pidió permiso a su mamá para darle hogar de paso a la perrita rescatada de la hostilidad de la calle. 
 
“Mis compañeros y yo le damos hogar de paso a todos los animales que recogemos, mientras les conseguimos un hogar permanente”, cuenta la estudiante, cuyos ojos verdes se iluminan al saber que Jesús Mora, otro de sus compañeros, va a adoptar a ‘Paquita’. Su madre quería una perra y la situación les cayó como anillo al dedo. 
 
La profe Ana del Pilar siempre lleva una sonrisa de satisfacción al ver la manera en la que ha crecido su proyecto. No solo es un espacio de solidaridad y defensa de la vida en el colegio sino también una de las 3 mil Iniciativas Ciudadanas de Transformación de Realidades (Incitar) promovidas por la Secretaría de Educación del Distrito (SED). Una idea que hoy enamora a los niños en el colegio y también a los vecinos de los barrios en los que viven sus estudiantes. 
 
“Nuestro objetivo es presentar la mirada pedagógica, la mirada de la escuela en torno a una problemática real que es el maltrato de unos seres que sienten y tienen derecho a vivir”, manifiesta la maestra, y añade que el proyecto generó un impacto tan grande, que logró vincular no solo a estudiantes sino a otros profesores y padres de familia, quienes siempre son participantes activos en las actividades del club. 
 
 
Uno de los ejemplos más representativos es el de la familia Jesús Mogollón Medina, otro de los estudiantes de la profesora, habitante del barrio Villa Gloria de Ciudad Bolívar. En su casa no hay mascotas porque siempre hay un espacio para ofrecer un hogar de paso. Su mamá Obeira Medina, cuenta que desde que sus hijos se unieron a esta iniciativa percibe que son seres humanos más sensibles y por eso siempre saca espacio para acompañarlos y apoyar su participación. 
 
“Hemos brindado hogar de paso a 4 perros y a varias aves que mis hijos se han encontrado”, cuenta la mamá de Jesús, quien asegura además que gracias al proyecto han tenido gratos momentos familiares. El último sucedió hace un par de semanas cuando Jesús encontró una torcaza a punto de morir y la llevó a su casa para tratar de recuperarla. 
 
En una semana vieron todo el proceso de recuperación que inició con la sanación de la herida, la reposición de las alas y finalizó en el momento en el que Jesús abrió sus manos para liberarla y verla volar en un parque cercano a su casa.
 
Tal ha sido el activismo de Jesús que en su barrio muchas personas han seguido el ejemplo y, en una ocasión, rescataron un perro de raza bull terrier que tenía graves heridas porque era utilizado como perro de pelea. “Toda mi cuadra lo acogió. Lo rehabilitamos y ahora vive feliz en una finca”, cuenta Jesús.

Defensa de los animales: una motivación para hacerse sentir

Más allá de ser un proyecto para la protección de los animales que visitan el colegio, el ‘Club de amigos animalistas de Colombia’ se convirtió en un espacio donde ciudadanos y ciudadanas sin cédula son voceros/as de propuestas que buscan transformar la ciudad. 
 
Es así como esta comunidad educativa no sólo se limitó a dar hogar de paso y rescatar animales de la calle, sino que se convirtió en participante activa de todo tipo de movilizaciones sociales que buscan reivindicar los derechos de los animales. 
 
Su logro más grande llegó el año pasado, cuando el club fue invitado a participar en los debates que precedieron laLey 1638 de 2013, que prohíbe el uso de animales en los circos.  
 
Esneider Villamil y Rafael Mandoli, dos estudiantes que participaron es esa presentación, cuentan que este es el primer gran objetivo que se trazó el club. Un día, uno de sus compañeros llegó al colegio con un video sobre los maltratos que sufrían los animales del Circo Hermanos Gasca y ellos, además de quedarse con la indignación, decidieron imprimir todas sus fuerzas en el apoyo a los sectores animalistas que promovían la que, en aquel momento, era una iniciativa legislativa para prohibir animales en circos. 
 
“Estuvimos en por lo menos 5 debates y foros que se realizaron en el Congreso de la República”, afirma Rafael, quien cuenta también que la última presentación fue la más intimidante porque fue en la plenaria del Senado, frente a un enorme público y cámaras de televisión.
 
 
“Tuvimos 4 minutos para explicar por qué los representantes y senadores debían aprobar la Ley y no hacer caso a las peticiones de los dueños de los circos”, relata Esneider. Recuerda que eran 7 niñas y niños de no más de 12 años los que representaban el sentir de miles de animalistas, por lo que tuvieron que ser muy elocuentes para lograr persuadir a los legisladores.
 
El día en que aprobaron la Ley llevó momentos de júbilo que motivaron a los estudiantes de la profesora Pachón a llevar al club por caminos mucho más altos. 
 
Ahora, según Esneider y Rafael, hay dos nuevos objetivos: el primero es participar en los foros de discusión para pensar en el futuro de los animales que el próximo año serán liberados de los circos, según la Ley. El otro es promover la penalización de las personas que incurran en maltrato animal. 
 
“Ya existe el Estatuto Nacional de Protección de los Animales, queremos que además de sancionar, exista cárcel para los maltratadores”, asegura Esneider, al hablar de un objetivo para el cual ya han recogido alrededor de 4 mil firmas entre personas mayores y menores de edad.  
 
Por lo pronto, esta comunidad educativa ultima los detalles para el Segundo Foro Infantil Contra el Maltrato Animal, ‘Pequeños protectores de vida’, que tendrá lugar el próximo viernes 6 de junio de 2014, en el  auditorio principal del IDRD (Calle 63 No. 59A-06) de 8:00 a. m. a 12:30 m. (Entrada libre).
 
En este espacio de reflexión construido por profesores y estudiantes del INEM Santiago Pérez, los integrantes del ‘Club de niños animalistas de Colombia’ elevan su iniciativa al Distrito, por lo que tendrán invitados especiales y expertos animalistas y ambientalistas. 
 
“Tenemos ponentes de la bancada política animalista, entre ellos, los concejales Roberto Sáenz y Clara Sandoval, y la investigadora de la Universidad Nacional Claudia Brieva, entre otros panelistas”, expone la profesora Ana del Pilar Pachón quien hace extensiva la invitación a toda la ciudadanía no solo para que asista al evento, sino también para unirse en torno a una causa que, a su juicio, es responsabilidad de todas y todos. 
 
Por David Amaya Alfonso
Fotos Julio Barrera