Bogotá da un paso significativo para superar más de 20 años de atraso vial

Render Avenida ALO - Foto: Prensa Alcaldía Mayor de Bogotá
Render Avenida ALO - Foto: Prensa Alcaldía Mayor de Bogotá
Publicado:
9
Nov
2016
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- Por contundente mayoría, con 31 votos a favor y 10 en contra, la plenaria del Concejo aprobó la democratización de la Empresa de Energía.

Este martes, Bogotá dio inicio a una enorme tarea para dejar atrás su atraso vial de más de 20 años. Con el visto bueno del Concejo a la democratización del 20 por ciento de la Empresa de Energía (EEB), la ciudad aseguró los recursos para construir la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) y ampliar las avenidas Boyacá, Cali y la Calle 13. Con esas obras, calificadas como "necesarias y urgentes" por los expertos, se descongestionará todo el occidente de la ciudad y unos 4 millones de habitantes resultarán beneficiados.

Además, con los recursos de la democratización se adelantarán otras obras estratégicas que mejorarán la movilidad, como las ampliaciones de las avenidas Mutis, Ferrocarril del Sur y del Occidente.

Estas obras son requeridas con urgencia y permitirán que los ciudadanos se ahorren tiempos en sus viajes que se calculan, en total, serán de 35.000 horas al día.

Hoy, Bogotá tiene un retraso de 2.772 kilómetros en vías que se debieron construir en las últimas dos décadas. Es decir, que de lo proyectado hasta la fecha solo se ha ejecutado un 20 por ciento. La Avenida Ciudad de Cali se constituye en el último gran proyecto vial que se construyó en Bogotá, hace poco menos de 20 años (1998).

Por esta razón el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), Juan Martín Caicedo Ferrer, calificó la democratización de la EEB como una medida necesaria para financiar las obras que necesita la ciudad.

“Se convertirá en punta de lanza para apalancar financieramente las múltiples obras que no solo están contempladas dentro del Plan de Desarrollo, sino que serán vitales para poner al día la maltrecha infraestructura de transporte en la capital del país”, señaló el dirigente gremial.

Para Caicedo Ferrer, no llevar a cabo estas obras “es condenar a la ciudad al atraso, alejarla de la modernidad y obligar a sus habitantes a seguir padeciendo el caos en movilidad”.



En este mismo sentido se pronunció la concejal Gloria Díaz Martínez, quien destacó en medio del debate que “con la democratización de acciones de EEB se busca responder al rezago que en materia de infraestructura tiene Bogotá y garantizarle a la ciudadanía una mejor movilidad”.

Por su parte, el presidente del Concejo, Roberto Hinestrosa, también explicó que los recursos “se invertirán en obras de infraestructura para el disfrute de todos los bogotanos".

Entre tanto, la concejal Lucía Bastidas hizo énfasis en que “los bogotanos viven todos días horas atascados en los trancones”. Razón por la cual, a su juicio, se hacen indispensables estas obras de infraestructura vial para desembotellar a Bogotá.

En el debate también se expuso como un punto a favor que con la construcción de estas vías aumentará hasta en 3,6 puntos porcentuales el Producto Interno Bruto de Bogotá. Esto quiere decir que el Distrito tendrá más recursos para que sus ciudadanos vivan mejor. Ese aumento, a su vez, tendrá un efecto multiplicador sobre la calidad de vida de todos los bogotanos.

Y que a su vez el empleo será otro de los grandes beneficiados, pues estas obras demandarán 114.290 empleos. Lo que significa darle empleo a casi uno de cada tres bogotanos que hoy están desempleados.

La EEB sigue siendo del Distrito

En cuanto a la participación del Distrito en la EEB, cabe destacar que tras la democratización del 20 por ciento de las acciones éste seguirá siendo el dueño de la compañía con el 56,28%.

A lo que suma el hecho de que a las empresas públicas les va mejor si tienen en su composición accionistas privados, lo que repercute en juntas directivas más estables y que piensen en los intereses de la empresa y no en los del gobierno de turno.

En este sentido, la democratización es quizás el mejor de los escenarios para una empresa de las características de la EEB. De un lado, sigue contando con un importante componente público para tomar decisiones que no afecten a los bogotanos. Y, de otro, el ingrediente privado garantiza que la empresa siga dando dividendos para Bogotá.

Muchos analistas consideran que la democratización de la EEB es una operación gana-gana. Gana Bogotá porque tendrá más vías y mantiene la propiedad mayoritaria sobre la EEB. Ganan los bogotanos porque gracias a las vías que se construirán tendrán mejor calidad de vida y más oportunidades económicas. Y gana la compañía porque podrá ser administrada con criterios de eficiencia y no corre el riesgo de quedar a merced de eventualidades politiqueras.



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