La apuesta de las plazas de mercado para reciclar aceites vegetales

Con el objetivo de reducir la contaminación del agua y velar por la salud de los consumidores, Bogotá cuenta con siete plazas de mercado administradas por el Instituto para la Economía Social – Ipes- en las que el aceite vegetal producido por la elaboración de alimentos en los restaurantes se recicla en un tanque dispuesto estratégicamente en las cocinas.

La Plaza Siete de Agosto, que fue la pionera en esta iniciativa, y las plazas de Kennedy, Doce de Octubre, Samper Mendoza, Concordia, Las Cruces y Restrepo, cuentan con el compromiso de por lo menos 100 cocineras que depositan el aceite utilizado en sus preparaciones en un tanque dispuesto para el reciclaje adecuado.

“Esta es una muy buena iniciativa porque además de contribuir con el medio ambiente le garantizamos a los clientes alimentos que son preparados en condiciones saludables, mucho mejor que antes”, afirmó Jakeline Bedolla, cocinera de la Plaza La Concordia.

Este proceso hace parte de una Alianza Público Privada, suscrita por el IPES con la empresa BIOILS, en la que firmaron un acuerdo de trabajo conjunto en el manejo de aceites usados de origen vegetal generado en las cocinas de las plazas, proyecto que tiene la finalidad de mejorar las condiciones ambientales y sanitarias de estos espacios.

Las cocineras de las plazas son las directamente involucradas y están seriamente comprometidas a guardar el aceite que usan diariamente para la elaboración de los alimentos y depositarlo en un tanque dispuesto estratégicamente en la zona de comidas de este lugar para que luego BIOILS realice la respectiva recolección para su adecuado reciclaje.

“Así logramos fidelizar más a los clientes porque ven que nuestros platos cuentan con mayor calidad en su preparación debido a que ya no reutilizamos los aceites, ahora los reciclamos y además invitamos a los vecinos a hacer lo mismo, que traigan sus aceites usados y los depositen en los tanques”, insiste Jakeline.

La idea es que las plazas distritales restantes se adhieran a este proyecto con el fin de minimizar el impacto ambiental que producen estos espacios en cuanto a aceites vegetales.

Cabe recordar que un litro de aceite vegetal contamina por lo menos 1.000 litros de agua, obstruye cañerías y su reutilización produce dioxinas altamente cancerígenas para la salud de quien lo consume.

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