El clown que divierte a niños, enfermos y ancianos en Bogotá

Clown Fabián Mendoza - Foto: Hugo Prada
Clown Fabián Mendoza - Foto: Hugo Prada
Publicado:
3
Mayo
2016
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"A través del tiempo he cambiado mucho, yo digo que ahora soy más payaso que actor porque definitivamente el clown cambió mi vida”, cuenta Fabián Ricardo Mendoza Valencia, quien en diálogo con Bogota.gov.co habló sobre sus vivencias con este arte.

Fabián se llena de emoción y sentimientos cuando habla de lo que representa para él y su vida el ser clown. “Antes me deprimía mucho, ahora creo que soy otra persona, me gusta poder sacar lo más bonito que tengo como ser humano, pero lo mejor es poderlo hacer a través de la nariz más pequeña del mundo, la nariz roja, al tiempo que me divierto y se divierten conmigo”.



Este actor de 39 años de edad afirma que siempre quiso ser payaso desde que estaba pequeño e iba a los circos con su padre, veía que los payasos salían y todos reían, lo cual le generó una gran atracción por este universo de sensaciones. “Gracias a estos momentos empecé a sentir que era muy bonito eso de hacer reír en vez de llorar cada vez que fuera posible. Hay personas que le temen a los payasos, pero para mí, cuando el payaso se expone, debe haber risa”.

Con el tiempo y después de ver la película Patch Adams hace muchos años, Fabián Mendoza ratificó su interés por el clown. “Tuve la fortuna de estar con Patch en Perú haciendo un voluntariado en Iquitos, Belén, y fue allí donde conocí realmente para que sirve el clown, para que sirve el payaso, esos médicos que son payasos también me permitieron ver una hermosa manera de servirle a la sociedad. Ver como hacíamos terapia de la risa en hospitales, cárceles y psiquiátricos y como a través de la nariz podíamos hacer muchos juegos simples y sencillos para lograr que una persona volviera a ser niño otra vez”.



“Cuando muera podrían poner en mi tumba ‘La vida es más fácil vivirla si todos la vemos a través del juego’, Fabián Mendoza se fue a jugar ahora a otro lado".

Soy clown y por ello sirvo

“Son varias las fuerzas liberadoras que experimento con este bellísimo arte”, dice Mendoza cuando habla de sus acciones con el clown hospitalario con el que hace terapia de risa. “Poder regalarle o robarle una sonrisa a niños con enfermedades terminales es muy liberador”.

Con su terapia de la risa, este bumangués trabaja con personas de la tercera edad a los cuales él llama los niños de pelo blanco. “En los ancianatos hago una actividad que llamo la gira del chocolate, en la cual damos chocolate, pan y queso y cuando podemos llevar ropa, hacemos juegos con ellos para repartirla, de esta manera nos divertimos a través del juego”, cuenta este clown.



Ahora, este apasionado de la nariz roja está concentrado con su trabajo social en un punto específico de Chía. “Antes visitaba muchos hogares, ahora me concentro en solo uno porque estoy encantado, es muy lindo, incluso tengo dos novias allí, una de 92 y la otra de 89 años de edad”.

“Me han pasado cosas muy bonitas con esta labor, me han escrito a mis redes sociales contándome que hay algún niño que se está muriendo o que es paciente terminal de cáncer y quieren que yo lo visite, entonces me tomo el tiempo para ir, a veces esto es muy duro porque te encariñas con la persona, ya no eres el terapista de la risa con el paciente, sino casi su amigo, y cuando parte de este mundo la persona es muy doloroso”, asegura Fabián mientras nos cuenta una de sus experiencias:

“Me pasó el año pasado con Naty Trujillo. Su madre me escribe diciéndome que quiere que visite a la niña. Fui tres veces al hospital, se cura y como al año recae y le digo que si puedo ir esa semana voy a visitarla, pues estaba grabando y me encontraba muy ocupado; después me llama su padre a decirme que Naty había muerto, esto fue muy duro para mí, siempre la tengo en mis oraciones, siempre, siempre”.



Con todas estas vivencias de fuertes emociones Mendoza constantemente se pregunta ¿por qué hace esta labor?, ¿por qué visita a esos niños?, ¿cuál es el llamado?, a lo cual ha decidido responderse, porque así lo ha entendido y sentido, que es un llamado especial de Dios, en el que le dice que él debe estar presente porque ese niño necesita irse con una sonrisa y él necesita seguir aprendiendo más de la vida.

“Aunque a veces no tengo respuestas, lo único que sé, cuando hago esas visitas, es que esa noche para mí es maravillosa, duermo muy tranquilo, me voy feliz a la cama con esas historias. Creo totalmente en Dios y en Santa Marta (la santa de los imposibles), de hecho voy a la iglesia de Santa Marta los martes y hago la novena hace como cinco años, soy católico, apostólico y romano”.

“Esta parte clown de mi vida no la hago comercial, y por ello, no la cobro, es la manera que adopté para diezmar mi talento a la vez que me divierto, es como mi parte más alegre, de hecho llevo dos años celebrando mi cumpleaños en un ancianato, hago mi fiesta para ellos, los niños de pelo blanco, el día de mi cumple les llevo la torta y me celebro un año más de vida pero con ellos”.



La misión clown

A pesar de que son más las alegrías que tristezas las que Fabián dice experimentar con el clown, referencia momentos de dolor de los cuales dice que hay que limpiarse de cierta forma, sanar el corazón. “El clown es una fábrica de emociones con las cuales creo que se genera mi misión. Creo que la nariz me llegó en buena hora”.

Fabián comenzó a hacer esto hace más de 10 años cuando su vida hace un clic un día que estaba pensando en algo horrible. “Desesperado saqué una guitarra y escribí una canción del amor por la vida, es la canción que abre mi espectáculo de clown. Con el tiempo y las vivencias he aprendido que detrás del fracaso está el éxito para el payaso, cuanto más fracase el payaso en escena más éxito tiene, entonces, si tú pasas eso para la vida, quiere decir que cada vez que tengas un fracaso no te vas a sentir triste, al contrario, lo tomarás como un aprendizaje”.




La nariz y sus tradiciones

Según este representante del clown, la nariz roja tiene muchas tradiciones: una es la de una persona que entró alcoholizada a un circo y cuando entró a la pista se cayó e hizo una cantidad de muecas y de gesticulaciones, las cuales produjeron mucha risa en el público. Su nariz estaba roja por su grado de alcoholismo.

La otra tradición es que inicialmente los payasos eran como el bobo del pueblo. “Había un circo en la plaza de un pueblo y el bobo del lugar era la persona que limpiaba el excremento de los caballos del circo, de pronto, un día entra con un balde a limpiar, mete la pata en el balde, se cae, se va de jeta, todo el mundo se ríe y al otro día dice un productor: Ey, haz esto todos los días”.

“Una tercera tradición es la indumentaria de los juglares, los saltinbanquis, todos en la comedia del arte o los payasos a través de la historia, como eran los bufones por ejemplo, capaces de decirle al rey todas las atrocidades, barbaridades y falencias de los pueblos” relata Mendoza, quien continuó diciendo:

“Si nosotros pensamos en un payaso muy contemporáneo nuestro, que ya no está con nosotros, es Jaime Garzón, para mí, él era, a pesar de que no usaba nariz, esa persona capaz de atreverse como ese gran payaso, como el bufón, a decirle a la gente en la cara las realidades y además, hacerlas reír”.

Aunque en el mágico y creativo mundo del clown se usan narices de todos los colores, Fabián Mendoza solo utiliza la nariz roja como aquella llave que abre casi todas las puertas: “A mi personalmente no me gusta utilizar una nariz que no sea roja, pero hay gente que las utiliza de otros colores. Una vez conocí a un maestro que utilizaba nariz negra, la nariz negra es muy oscura, muy referente a la muerte y lúgubre, pero la mía es definitivamente la roja, me encanta la nariz roja, no me gusta de otro color”.



“Para mí, el poder de la nariz roja es que logra sacar con el juego lo más hermoso que tienen todos los seres humanos. Este es mi punto de partida y con el que trabajo siempre. El mayor poder está en la nariz, pero además también en el corazón y en la mente. Esto se trata de lo bonito que tú quieras sacar como ser humano, ahí me parece que está el fundamento”.

La terapia del clown

El clown es una terapia para el payaso y para el público, afirma Fabián. “Uno como ser humano está construyendo todos los días, está aprendiendo y desaprendiendo cada vez, entonces yo creo que no se puede pretender decir que se es el terapista solamente y el que enseña todo el tiempo, no, uno también está aprendiendo constantemente. La gente te enseña todos los días. Una mirada, una sonrisa, algo especial que te pase en cualquier espacio y momento es importante y enriquece el aprendizaje y la enseñanza”.

Su mayor satisfacción como clown es poder hacer labor social a través de la nariz roja y servir. “Esta es como una satisfacción muy grande para mí, pienso que con el clown he podido servir y eso me encanta, también cuando hago mi show y la gente se divierte, eso me parece muy bonito y ver la mirada y la sonrisa de un niño, ahí es cuando digo, puedo dormir tranquilo. Servir es mi felicidad”.



Formación clown

Mendoza cree que el ser humano como tal puede ser clown, puede ser payaso, sin embargo aclara que existen técnicas y estudios que permiten una elaboración más profesional del payaso. “Hay técnicas de comicidad, actorales y musicales que le aportan herramientas al clown y enriquecen al payaso, pues hay diferentes payasos, según el lugar y el espacio (payaso hospitalario, payasos de circo y clown en teatro, entre otros), pero cuando hago los talleres de clown me encuentro en todas las personas con o sin estudios, cosas maravillosas, no obstante, si uno se quiere dedicar profesionalmente a ser payaso pues necesita mucho estudio porque es una técnica especial, el payaso debe saber de todo, es un ser mágico, un ser especial”.

La formación de Fabián se ha estructurado a través de sus viajes y estudios: “He viajado mucho, por Venezuela, en Perú haciendo festivales, Estados Unidos, en Las Vegas, Argentina y en Canadá estudiando clown”.



Para quienes se quieran comunicar con este maravilloso clown sus redes sociales son: Facebook personal y fan page como Fabián Mendoza; twitter, @fabianmendozav e instagram, fabianmendozav.

Mensaje de vida de Fabián Mendoza

Lina María Echeverry Cabeza
Redactora bogota.gov.co – Alcaldía Mayor de Bogotá

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